En el año 2019, específicamente un abril 28, surgió una idea altruista: canalizar nuestras ganas de ayudar a la comunidad a través de Adictos a Descubrir PR. ¿Cómo? Creando una sección llamada ‘Blessing Box’, donde nos dedicaríamos a organizar y llevar a cabo actividades en pro a la comunidad. Fue tanta nuestra emoción con el inicio de esta nueva idea, que la primera actividad se llamó ‘Blessing Bags’. Y la llevamos a cabo un 5 de mayo, hace exactamente un año atrás.

Fecha de celebración
¿Por qué quisimos realizar la actividad un 5 de mayo? Lo más importante para nosotros eran las ganas de realizar esta actividad, y la prontitud de la misma. Queríamos impactar a una parte de la comunidad lo más pronto posible, y el 5 de mayo fue la fecha perfecta.
El 5 de mayo es celebrado en grande en los Estados Unidos, Puerto Rico y principalmente, en México. Todo el mundo piensa que el 5 de mayo es cuando México logró su independencia. ¿Pero saben qué? Wrong! La independencia de México fue el 16 de septiembre. El 5 de Mayo se celebra porque fue cuando México le ganó la batalla al imperio Francés en la Batalla de Puebla.
Volviendo a los Blessing Bags, nosotros quisimos realizar la actividad el 5 de mayo, porque aquí en Puerto Rico celebramos todo. Así que nosotros queríamos celebrar el 5 de mayo de una manera distinta: sin tequila, sin tacos y sin burritos, pero con amor y ayuda a los necesitados.


Blessing Bags: ¿qué son?
Blessing Bags se traduce en español a bolsitas de bendición, donde se guardan productos que sean de beneficio a otros. Y eso era exactamente lo que queríamos transmitir con ellas: bolsitas que sirvieran de bendición para las personas que las recibieran. Para esta primera ronda, quisimos enfocarnos en una población que no todas las personas consideran. Una población a los cuales se les hace difícil recuperarse. Y que la puedes encontrar en todos lados: a los deambulantes o personas sin hogar.

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Preparación de las bolsitas
Blessing Box nació el 28 de abril a la 1:00 de la madrugada y 12 horas después, ya estábamos grabando un video exhortando a la comunidad para que se unieran a este proyecto. Si quieres conocer cómo fue que nació Blessing Box, visita el artículo Blessing Box, origen del proyecto. Luego de finalizar el video, nos dirigimos a las tiendas para comprar las cosas que necesitaríamos para nuestras Blessing Bags.
Como estas bolsitas estaban destinadas a entregarse a personas sin hogar, queríamos enfocarnos en añadirle a las mismas snacks que fuesen rápidos de abrir, y que no necesitaran tiempo de cocción. Productos cuya temperatura no fuese un factor para que se dañaran, ni que necesitaran herramientas innecesarias para consumirlos. De igual manera, también queríamos añadirle a las bolsitas ciertos productos de higiene.

Nuestra primera parada fue en una tienda grande por departamentos para comprar los snacks, las botellas de agua y jugos. Luego, nos fuimos a dos tiendas locales para adquirir los productos de aseo personal. Ya con nuestra compra lita, nos vinimos a la casa a comenzar la preparación de las bolsitas.
La preparación de las bolsitas fue un momento bastante emocional. El guardar todos esos productos en las bolsitas e imaginar la cara que pondrían al ser entregadas, fue bastante grato para nosotros. Y más aún, el ver todas las bolsitas completas en la mesa, listas para ser entregadas.

Repartiendo las bolsitas por Río Piedras
Nos pusimos en marcha para entregar las bolsitas un domingo 5 de mayo. Decidimos comenzar por Río Piedras, ya que es uno de los pueblos que nos quedan cerca. Aparte de que, es un municipio que nosotros hemos visto personas sin hogar durmiendo en el suelo, en bancos y otros lugares.

Comenzamos caminando por Río Piedras, donde entregamos una bolsita. No obstante, no entregamos más de ellas porque no vimos muchas personas en el área. Luego nos percatamos de que habían personas sirviendo comida a la comunidad. Algo que nos llenó el corazón y de lo cual nos sentimos muy orgullosos.
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De ruta al Viejo San Juan
En vista de los previos acontecimientos, decidimos movernos para el Viejo San Juan. Comenzamos en la calle San Francisco, donde estacionamos. Allí nos encontramos con un hombre que estaba ayudando a los carros a estacionar, a cambio de un ‘menudito’ para poder comer. Nosotros le ofrecimos una bolsita, la cual el caballero tomó y de la cual estaba muy agradecido. El caballero comentó que dormía en la calle, en cualquier rinconcito que tuviera techo para no mojarse. Y señaló en ese momento un ejemplo de lugares donde dormía (una entrada de un establecimiento que estaba cerrado) algo que nos dio mucha tristeza. Nos dijo que para poder comer, se ponía a ayudar a las personas a estacionar, a cambio de algún dinero.

Luego de finalizar la conversación con él, comenzamos a caminar hacia la Plaza Salvador Brau. De camino, nos encontramos con una maleta, lo que supusimos que era del caballero que habíamos visto anteriormente. Cuando llegamos a la Plaza, la imagen fue bastante triste: habían personas durmiendo en bancos, otros estaban sentados en los bancos mirando hacia lo lejos, y otros dentro de una caseta de campaña.

Cuando nos acercamos para entregarles las bolsitas, la cara de agradecimiento fue enorme. Nos pusimos a conversar con ellos, lo cual fue bastante emocional para nosotros. Ellos comen cuando las personas le llevan comida, o si la iglesia reparte almuerzos. Hay ocasiones que pasan días sin comer… ¡DÍAS! Para poder buscarse el pan, hay uno de ellos que con una bicicleta recorre el Viejo San Juan ayudando a otras personas. Las pocas cosas que tenían, las tenían en bolsas. Una sábana servía como almohada, mientras otra servía como cobija.


Tan pronto le entregamos la bolsita a una de las féminas que dormía en el banquito, ésta rápido la abrió y comenzó a comerse las cosas que habían dentro. Fue una escena bastante fuerte. Nuestro corazón se estrujó tanto, que fuimos a un restaurante de comida rápida que quedaba a unos pasos de ellos, y les compramos unos hamburgers con refrescos. ¡Compramos hasta unos veggie sandwiches para dos deambulantes que no comían carne!

Precisamente uno de ellos nos comentó que no es natural de Puerto Rico. Pero que vino a la isla con su esposa. Aquí en Puerto Rico las cosas no funcionaron, se divorciaron y por otras situaciones, él quedó en la calle. Pero eso no lo detiene, pues busca ser feliz y alegrar a aquellos que se le acercan. Mientras conversábamos, siempre buscaba la manera de hacernos reír.
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Nuestra experiencia
El realizar esta actividad fue para nosotros algo sumamente importante. Importante porque ayudamos a personas a que tuvieran alimentos, le brindamos nuestro tiempo pues estuvimos conversando con ellos, le dimos esperanzas de que todo puede cambiar, y nos llevamos una lección bien grande.
Desde nuestro corazón por favor, recuerda que:
- No podemos dar todo por sentado, pues no sabemos cuándo uno de nosotros pudiese experimentar una situación como la de ellos.
- Tenemos que ser agradecidos con todo lo que tenemos.
- Debemos esforzarnos por ser mejores personas cada día, sin afectar a los que nos rodean.
- Hay otros en necesidad. Cada uno de nosotros puerde ser un instrumento de bendición.

Y tú, ¿ya has pensado como puedes ayudar a otros?
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